Separarse a los 40: lo que nadie te cuenta

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Separarse a los 40 años puede ser una de las decisiones más difíciles y dolorosas de tu vida. Ya sea por una crisis de pareja, por una infidelidad, por una falta de amor o por cualquier otro motivo, romper con la persona con la que has compartido tantos años y proyectos no es fácil.

Pero tampoco es el fin del mundo. Al contrario, puede ser el comienzo de una nueva etapa llena de oportunidades, aprendizajes y crecimiento personal. Eso sí, para lograrlo, hay que afrontar el proceso de separación con madurez, responsabilidad y optimismo.

En este artículo te vamos a contar lo que nadie te cuenta sobre separarse a los 40: los aspectos legales, emocionales y prácticos que debes tener en cuenta para superar esta situación y salir fortalecido de ella.

Aspectos legales de la separación a los 40

Lo primero que debes saber es que separarse no es lo mismo que divorciarse. La separación es un paso previo al divorcio que implica el cese de la convivencia y la ruptura de la vida en común, pero no la disolución del vínculo matrimonial. El divorcio es el acto jurídico que pone fin al matrimonio y permite a los cónyuges contraer nuevas nupcias.

En España, existen dos tipos de separación: la separación de hecho y la separación judicial. La separación de hecho se produce cuando los cónyuges deciden dejar de vivir juntos sin necesidad de acudir a un juez. La separación judicial se obtiene mediante una sentencia judicial que establece las medidas que regirán las relaciones entre los cónyuges y los hijos, como la pensión alimenticia, la custodia, el régimen de visitas, el uso de la vivienda familiar, etc.

Para solicitar la separación judicial, se requiere que hayan transcurrido al menos tres meses desde la celebración del matrimonio, salvo que exista riesgo para la vida o la integridad física o moral de alguno de los cónyuges o de los hijos. Además, se puede optar por un procedimiento contencioso o de mutuo acuerdo.

El procedimiento contencioso se da cuando los cónyuges no se ponen de acuerdo sobre las medidas que regirán su separación y deben someterse a la decisión del juez. El procedimiento de mutuo acuerdo se da cuando los cónyuges presentan un convenio regulador en el que pactan las condiciones de su separación y solo necesitan la ratificación judicial.

La ventaja del procedimiento de mutuo acuerdo es que es más rápido, económico y amistoso que el contencioso. Por eso, se recomienda intentar llegar a un consenso con la otra parte siempre que sea posible.

En cuanto al divorcio, se puede solicitar después de estar separados judicialmente durante al menos un año o después de estar separados de hecho durante al menos dos años. También se puede solicitar el divorcio directamente sin pasar por la separación si han transcurrido al menos tres meses desde el matrimonio y se cumplen los mismos requisitos y modalidades que para la separación.

Es importante contar con el asesoramiento de un abogado especializado en derecho de familia para iniciar el proceso de separación o divorcio y defender tus intereses y derechos.

Aspectos emocionales de la separación a los 40

Separarse a los 40 implica hacer frente a una serie de emociones negativas como el dolor, la tristeza, la culpa, el miedo, la rabia o la frustración. Estas emociones son normales y forman parte del duelo por la pérdida de la pareja. Sin embargo, no hay que dejarse arrastrar por ellas ni quedarse estancado en ellas.

Para superar el duelo por la separación, es necesario pasar por varias fases:

  • Negación: Es la primera reacción ante el shock de la ruptura. Consiste en negar o minimizar la realidad para evitar el sufrimiento.
  • Ira: Es la expresión del resentimiento hacia la pareja o hacia uno mismo por lo ocurrido. Consiste en buscar culpables o motivos para justificar la ruptura.
  • Negociación: Es el intento de recuperar o salvar la relación mediante promesas, concesiones o cambios. Consiste en albergar falsas esperanzas de reconciliación.
  • Depresión: Es la manifestación de la tristeza y el vacío por la pérdida de la pareja. Consiste en aislarse, llorar, perder el interés o la autoestima.
  • Aceptación: Es la última fase del duelo y la más deseable. Consiste en asumir la realidad, soltar el pasado y abrirse al futuro.

Estas fases no son lineales ni tienen una duración determinada. Cada persona las vive a su ritmo y según sus circunstancias. Lo importante es no quedarse atrapado en ninguna de ellas y avanzar hacia la aceptación.

Para ello, se recomienda seguir estos consejos:

  • Apóyate en tu familia y amigos. Ellos te pueden ofrecer su cariño, su comprensión y su ayuda en estos momentos difíciles. No te aísles ni te encierres en ti mismo. Comparte tus sentimientos y busca actividades que te distraigan y te diviertan.
  • Cuida de ti mismo. La separación puede afectar a tu salud física y mental. Por eso, es importante que mantengas una alimentación equilibrada, un descanso adecuado y una actividad física regular. También puedes recurrir a técnicas de relajación, meditación o mindfulness para reducir el estrés y la ansiedad.
  • Busca ayuda profesional si lo necesitas. Si sientes que no puedes superar el duelo por tu cuenta o que tus emociones te superan, no dudes en consultar a un psicólogo o a un terapeuta. Ellos te pueden orientar, apoyar y facilitar herramientas para afrontar la separación de forma positiva.
  • No te precipites en buscar otra pareja. Es normal que después de una ruptura sientas la necesidad de llenar el vacío afectivo o de reafirmar tu autoestima. Sin embargo, iniciar una nueva relación sin haber cerrado la anterior puede ser contraproducente. Es mejor que te tomes tu tiempo para conocerte a ti mismo, para sanar tus heridas y para estar preparado para volver a enamorarte.

Aspectos prácticos de la separación a los 40

Separarse a los 40 también implica hacer frente a una serie de cambios y ajustes en tu vida cotidiana. Estos cambios pueden afectar a tu economía, a tu vivienda, a tu trabajo, a tu ocio o a tu relación con tus hijos.

Para adaptarte a estos cambios, es conveniente que sigas estos consejos:

  • Organiza tu economía. La separación puede suponer un cambio en tus ingresos y gastos. Por eso, es importante que hagas un presupuesto realista y ajustado a tu nueva situación. También debes tener en cuenta las posibles pensiones alimenticias o compensatorias que debas pagar o recibir, así como los impuestos o las deudas que debas asumir o liquidar.
  • Busca una vivienda adecuada. La separación puede implicar un cambio de residencia para ti o para tu pareja. En ese caso, debes buscar una vivienda que se adapte a tus necesidades y posibilidades. También debes tener en cuenta el uso de la vivienda familiar si tienes hijos menores o dependientes, así como el reparto de los bienes comunes si los hay.
  • Concilia tu trabajo con tu vida personal. La separación puede afectar a tu rendimiento laboral o a tu disponibilidad horaria. Por eso, es importante que comuniques tu situación a tu empresa o a tus clientes y que busques fórmulas para conciliar tu trabajo con tu vida personal. También puedes aprovechar esta oportunidad para replantearte tus objetivos profesionales o para buscar nuevas opciones laborales si lo deseas.
  • Disfruta de tu tiempo libre. La separación puede suponer un aumento de tu tiempo libre o una modificación de tus planes de ocio. Por eso, es importante que aproveches este tiempo para hacer cosas que te gusten y te hagan sentir bien. Puedes retomar aficiones que tenías abandonadas, aprender cosas nuevas, viajar, conocer gente, etc.
  • Mantén una buena relación con tus hijos. La separación puede afectar al bienestar emocional y al desarrollo de tus hijos si los tienes. Por eso, es importante que mantengas una buena relación con ellos, que les expliques la situación con honestidad y respeto, que les transmitas seguridad y amor, que les escuches y les apoyes, que respetes sus sentimientos y sus opinion y sus opiniones, que evites los conflictos o las críticas con tu ex pareja delante de ellos y que colabores con el otro progenitor para garantizar su bienestar.

Estos son algunos de los aspectos que debes tener en cuenta si te planteas separarte a los 40 años. Como ves, se trata de un proceso complejo que requiere de una buena gestión legal, emocional y práctica. Pero también es una oportunidad para reinventarte, para conocerte mejor y para encontrar la felicidad en ti mismo y en los demás.

Espero que este artículo te haya sido útil e interesante. Si quieres saber más sobre el tema o necesitas ayuda profesional, puedes consultar los siguientes recursos:

  • [Guía práctica sobre la separación y el divorcio]: Un documento elaborado por el Ministerio de Justicia que explica los aspectos jurídicos y administrativos de la separación y el divorcio en España.
  • [Cómo superar una ruptura sentimental]: Un libro escrito por la psicóloga Silvia Congost que ofrece consejos y ejercicios para afrontar el duelo por la pérdida de la pareja y recuperar la autoestima y la ilusión.
  • [Separados a los 40: cómo afrontar esta nueva etapa]: Un artículo publicado por la revista Hola que recoge testimonios y experiencias de personas que se han separado a los 40 años y han logrado rehacer sus vidas.
  • [Separarse a los 40: ¿crisis o oportunidad?]: Un podcast conducido por la periodista Ana Pastor que entrevista a expertos y protagonistas sobre las claves para separarse a los 40 años con éxito.

Gracias por leerme. Hasta pronto. 😊

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